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¿DE QUÉ DEPENDE EL QUE SEAS FELIZ?

27 Oct

Felicidad interna reflejada en este salto ante el ocaso.

Siendo como lo es para mí, un estado anímico y no un nivel de perfección, ese estaño que todos piensan que está encumbrado por allá arriba en no sé donde, quise tratar esta vez un tema (o más bien un concepto) del que por lo general hablamos, recomendamos o sugerimos, pero que es tan invisible, tan interno y tan etéreo a la vista, que siempre es difícil de definir, cuantificar o siquiera medir.

Les hablo del término «Felicidad», ese estado o sensación al que todos desean acceder y que incluso muchos dicen tener sin siquiera haberlo experimentado en lo integral de la palabra. Ser feliz para mí (porque es un tema multidimensional que puede ser visto desde diversas ópticas) es la plenitud existencial en la que se valora la vida cómo algo positivo y digno de ser vivido. Es aquel enfoque según el cual se alcanza las metas propuestas y se disfrutan, no percibiendo la lógica falta de logros como frustraciones (que no somos perfectos para conseguir absolutamente todo), sino como desafíos.

Una persona que en esencia es feliz, sonríe, disfruta, goza, le da valor a las pequeñas cosas, se entretiene con poco, no es exigente con su entorno porque hace de cada ambiente, su ambiente, porque el mismo lo lleva adentro. Además uno puede saber que está en presencia de un ser de esas características cuando percibe que su sentimiento es notorio, es constante, permanente, ilumina siempre con su vibra y su personalidad cada espacio al que llega, a diferencia de quienes sólo poseen síntomas de la alegría, esos que son más aleatorios y que provienen de un estado más pasajero.

La intensidad de existir, ser pleno y saludable.

Al respecto, de seguro alguno de mis lectores me dirá: «Ok, perfecto, eso se lee muy bien, ¿Pero cómo puedo yo hallar la felicidad?, ¿De qué depende el que yo sea feliz o no?». A esa pregunta yo respondería que tal estado dependerá de cada uno de nosotros, ya que lo que hace feliz a alguien puede no representar la felicidad para otro.

En ese sentido sería importante añadirles que muchas veces ese sentimiento de plenitud depende de como controlemos ese carrusel llamado estado anímico, el cual sube o baja dependiendo de las situaciones que experimentamos, que vivimos diariamente.

Seguramente se habrán preguntado alguna vez sobre ¿Qué personas o situaciones afectan sus estados emocionales?, pues ese es un excelente cuestionamiento al cual deben responderte con toda la sinceridad posible, eso si de verdad quieren encontrarse con la felicidad en cada una de sus respectivas vidas. En ese sentido inquiera para sus adentros ¿Realmente creo que las personas y situaciones tienen el poder de hacerme infeliz?. Lo que realmente le hace infeliz es lo que espera de los demás  y de las situaciones externas a sí mismo.

Las expectativas puestas en lo externo y que luego son insatisfechas, es lo que verdaderamente le va reduciendo su felicidad. Cuando comienza a desear cosas que nada tienen que ver con lo interno y que se refieren más a anhelos con respecto a terceros, comienza un camino equivocado hacia la infelicidad. Quien no se ha dicho a sí mismo esto: «Si tal persona cambiara fuese más feliz», «Si tuviese una casa más grande fuese mejor mi vida», «Si mi esposo fuese más delgado me gustaría más estar con él», «Si ganase más dinero sería maravilloso», y así una larga lista de expectativas que le va creando en su cerebro, y lo que es peor, en su subconsciente.

Tu felicidad no está en tu cara, esa alegría del rostro es un reflejo de la armonía que hay en tu interior.

La realidad es que la vida es imprevisible y que por más que queramos, no podemos controlar a las personas ni a las circunstancias externas. Cuando se espera que algo proveniente de afuera le de felicidad, estás permitiendo que se la roben, es decir, se vuelve dependiente de otros. Pregúntese entonces: ¿Por qué depender de otros para sentirte feliz? ¿Por qué aferrarse a algo o a alguien cuando la vida cambia constantemente?.

Cuando nos dedicamos todo el tiempo a que nuestro mundo externo sea perfecto, nos estamos equivocando. Si ve esas señales, es necesario que cambie de dirección y comience a crear su propia felicidad interna. En esas circunstancias bien vale la pena cultivar aún más el intelecto, crecer lo más que se pueda en espiritualidad. Para ello una clave importante es conocer a nuevas personas, cambiar de entorno, viajar, conocer otras culturas, incluso ejercitar su cuerpo.

En esencia debo recordarle que dentro tenemos todo lo necesario para ser felices. Hay que vivir la vida desde adentro ya que nos desgastamos mucho en esfuerzo y energía viviendo nuestro cuento desde afuera, lugar donde no tenemos ningún control de las cosas. Ser feliz es una decisión, es usted quien perfila e indica que le hace feliz o infeliz, es usted quien se regula y se controla, pero eso sí, le subrayo, desde adentro, no desde afuera. Cuando asume una actitud ante un acontecimiento, es usted quien lo está decidiendo, y si lo hace de una manera correcta, le estará impidiendo a ese suceso que le imponga una decisión que provenga de afuera.

Cuando es usted quien decide, realmente es feliz, se conecta con su propio poder. Ello le permite sentirse libre de ser usted mismo, decidiendo además como asumir cada circunstancia que se le presenta. Sólo así y sólo ahí comienza a tener control sobre sí mismo, no antes. Pero eso sí, recuerde, se lo vuelvo a reiterar por enésima vez, no se pueden controlar los factores externos, no lo intente, porque esos, al final, le pueden robar su armonía, y por ende, su felicidad.

Esta nota fue escrita y publicada por Gustavo Adolfo Agüero Cruz para «El Blog de Gustavo», gracias a la herramienta de WordPress para Blackberry Playbook.

 
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Publicado por en 27 octubre, 2012 en PNL, Poesía

 

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